Cuando se tiene una empresa, el riesgo de entrar en crisis es una posibilidad de la que es muy difícil salvarse. De hecho, mantener todo a flote es una tarea compleja que requiere de múltiples estrategias, sin dejar de mencionar que el principal objetivo es que además se produzcan los respectivos beneficios.
Por supuesto, la situación no significa que todo está perdido. Al contrario, es momento de diseñar una estrategia de financiación de empresas en crisis. Para ello, es muy recomendable contar con la asesoría de profesionales que se especializan en dicha temática. De esta manera se garantiza que los resultados sean los más satisfactorios.
Además, algo que siempre se debe tener muy en cuenta es que las crisis no son una situación única y asilada. Al contrario, pueden repetirse de forma cíclica, producto de una gran variedad de circunstancias, que dependen o no del funcionamiento de la empresa.
Es por ello que una de las recomendaciones en la que los expertos hacen mayor énfasis, es precisamente crear un fondo especial durante los tiempos buenos de la empresa, para que pueda usarse como soporte en los momentos menos generosos. Por supuesto, esta no es la única solución, existen diferentes estrategias para responder a las distintas formas de crisis.
Problemas de liquidez
Uno de los problemas más frecuentes que enfrentan las empresas en crisis es la liquidez. En ese caso, la solución debe ser eficiente y eficaz. Una de las mejores opciones es precisamente recurrir al financiamiento externo, de manera que se puedan solventar las prioridades y lograr una estabilidad que permita reorganizarse, para retomar las riendas.
Es muy relevante elaborar estudios financieros y cálculos acerca de los préstamos, plazos de pago e intereses sobre la deuda, de forma que realmente sean funcionales de acuerdo con lo que se desea lograr. En este punto, optar por una ayuda profesional es una idea muy acertada, pues su campo de visión y experiencia pueden ser los mejores aliados para volver a colorar la empresa a flote.
Los problemas estructurales
Este es un problema algo más complejo que requiere de un plan elaborado que incluya un análisis de la situación de la empresa, facturas, clientes, negociación de plazos para pagos de deudas, y demás detalles.
Además, es recomendable analizar los productos que se tienen disponibles y cómo es su movimiento en el mercado actual. De esta forma es posible renovar la propuesta, manejar la demanda o encontrar oportunidades de expansión. Con esto se obtienen más beneficios y fondos para levantar la empresa.
La elaboración de un plan de mercadeo, invertir en publicidad, quizás incluso sea necesario un cambio de imagen. Cada aspecto debe ser analizado antes de incluirlo en la estrategia para que el impacto sobre la economía de la empresa sea positivo.
Desde luego, esto conlleva a la necesidad de obtener financiación, que muy posiblemente sea externa. Por lo que volvemos al primer punto, donde contar con una asesoría especializada y un equipo profesional es la principal recomendación y parte indispensable de una estrategia exitosa para la recuperación de una empresa.
Formas para obtener financiamiento
Existen dos formas de financiación de la empresa. Una de ellas es la interna, que consiste en valerse de los recursos producto de los beneficios de la misma. Cuando las cosas van bien, los expertos recomiendan mantener un fondo cuyo destino sea únicamente responder a las crisis financieras que se puedan presentar.
La financiación externa se refiere a la obtención de los recursos mediante factores ajenos a la empresa, como entidades bancarias, públicas u otras compañías o personales que pueden apadrinar el proyecto, a cambio de un beneficio a futuro, claro está.
Como puedes observar, las puertas a las posibilidades están abiertas y se puede lograr salvar la empresa y volverla a poner en crecimiento. Solo es cuestión de encontrar la estrategia adecuada y aplicarla según las recomendaciones.
